lunes, 31 de agosto de 2009

El rol de los equipos, un recurso publicitario mínimamente aprovechado.


(Tiempo estimado de lectura: 7´minutos.)

En estos días, la Unión Ciclista Internacional (UCI) le ha otorgado un cupo a la Federación Ciclista Uruguaya (FCU), y con ello Uruguay estaría posibilitado de participar con un competidor en la prueba de ruta del próximo mundial de ciclismo. La participación del ciclista celeste será el próximo 26 de setiembre, en Mendrisio “il magnifico borgo” -la ciudad magnífica, según los italianos-, ubicada al sur de Suiza y muy cercana al Lago de Lugano. Casi de inmediato y tan solo unos días después, la FCU ha hecho pública la designación del ciclista Fabricio Ferrari para ocupar este cupo y concurrir a representarnos en dicho evento mundialista. Esta nominación ha recaído en él, con buen criterio, dado lo relevante de las actuaciones de nuestro compatriota en el viejo continente. Ferrari ha cosechado varios triunfos en lo que va del año y muchísimos más puestos de destaque, siendo uno de los líderes del potente equipo Caja Rural de Navarra. Vale decir que este equipo es uno de los más laureados como combativos del pelotón aficionado español.

En esta nota hay un aspecto que me interesa señalar, y en parte hace a la historia del equipo Caja Rural de Navarra. El equipo pertenece al Club Ciclista Burunda, uno de los clubes más activos de Navarra, y tanto la estructura Elite como Sub-23 son patrocinadas por la Caja Rural de Navarra. Dicha historia comienza en la década de los ochenta, concretamente en el año 1983, bajo la denominación de Saltoki y con el objetivo de dar continuidad a los ciclistas del club y posibilitarles así el salto a profesionales. El Club Ciclista Burunda, fundado el 4 de Mayo de 1978, es pilar fundamental del actual equipo Caja Rural contando desde un principio hasta nuestros días con una gran escuela de ciclismo. Siendo la actividad formativa, el concepto del cual nunca se han apartado y la verdadera cantera de esta formación. También es justo decir, que en la actualidad esta estructura es una de las que más ciclistas ha aportado al pelotón profesional: Santi Crespo, Iker Flores, Egoi Martínez, Igor Flores, Patxi Vila, Gorka Verdugo, Jorge Azanza, a título de ejemplo. Esto demuestra el trabajo bien hecho por esta organización, que encuentra en Navarra, una comarca con gran afición al ciclismo. Del mismo modo nos permite aventurar una prometedora esperanza en el futuro de Fabricio Ferrari, que seguramente encontrará el año próximo, el tan merecido salto a un equipo profesional.

El aspecto que deseo señalar, es que Club Ciclista Burunda se denomina de acuerdo a sus patrocinadores de turno. Siendo así, se les conoce como “Katealde-Razesa” en tres de sus categorías menores: Pricipiantes, Alevines e Infantiles. En categorías cadetes la denominación con que deciden hacerse conocer es “Citroen-San Miguel”. Y como ya hemos dicho, tanto en categoría Elite como Sub-23 la denominación conocida es “Caja Rural de Navarra”. Vale decir que si bien el patrocinador es el mismo, la estructura en nada tiene que ver con aquel antiguo y potente equipo profesional Caja Rural, que brilló desde 1987 al 89, en que se transformó en Paternina, para luego transformarse en Artiach hasta su desaparición en 1995. En cambio sí, la organización del Club Ciclista Burunda en su momento guardaba relación con el equipo Kaiku, de categoría profesional continental. Dicho equipo fue formado en el 2005 sobre la base del Caja Rural aficionado, y permaneció en el pelotón profesional durante dos temporadas hasta finales del 2006.

En notas anteriores hemos analizado el rol de los medios en el desarrollo de este deporte, y más precisamente hemos puesto el ojo sobre el supuesto alcance de la televisión, y en cuanto estaría incidiendo un mejor producto televisivo a la hora de apuntar a un desarrollo del ciclismo. Es mi afán, ir analizando en su justa medida, uno a uno los aspectos que hacen a la globalidad de nuestro ciclismo. Hoy deseo focalizar mi análisis en el rol de los equipos, vistos como estructuras deportivas capaces de integrarse e interactuar en un proyecto colectivo, pero conservando sí, la individualidad que a mi juicio es absolutamente necesaria. El eje de mi análisis apunta a observar al equipo ciclista como unidad de promoción por excelencia, al tiempo que su condición bien entendida, lo hace solvente sino rentable.

Hace también tan solo escasos días, otra noticia se relaciona con el tema que intento desarrollar; se anuncia que un par de instituciones se suman a la FCU. Se trata de Salto Nuevo Club y Club Ciclista Rocha Athletic. Es una excelente noticia y ayuda a pensar en un avance. Pero no obstante esto, yo voy por otro camino de pensamiento y me pregunto. No será hora de ir pensando en qué medida un equipo ciclista es capaz de ser un buen soporte publicitario, cuando en realidad pone más atención en representar los intereses de una supuesta parcialidad (?), en lugar de representar sin demoras y con la más absoluta contundencia los intereses de las marcas patrocinadoras. Y no pretendo señalar el caso de estas dos nuevas instituciones que recién se suman al pelotón criollo por tanto recién comienzan a transitar un camino, aunque podría, ya que podrían haber sido concebidas desde un principio, con otra visión comercial. Mejor aún, prefiero invitar a la reflexión a los directivos de las instituciones más señeras y consolidadas de nuestro país. Pues, hasta que no abandonemos procesos mentales que nos atan ridículamente a una historia ya inexistente y nos ajustemos a una realidad mundial, seguiremos en el mismo punto y en la misma queja.

Llevo 20 años vinculado en forma activa y en mayor o menor medida a este deporte, y más o menos 25 años prestando atención al ciclismo. Créanme, que en todos estos años me he cruzado con simpatizantes, hinchas o aficionados a clubes deportivos relacionados al fútbol sí, al básquet también y por ahí hasta alguno del rugby, pero nunca a nadie que me diga soy hincha de tal o cual club ciclista. Dejo afuera de esta apreciación a Nacional y Peñarol –en ese orden- los cuales cuando formaron parte del pelotón ciclista, arrastraron y es justo decirlo, a algún aficionado al fútbol que se arrimó al ciclismo y a la orilla del camino, agitando alguna bandera. Sepan disculparme si no los he visto o no los he sabido ver, y si los he visto los he confundido con algún oportuno familiar o amigo que hizo, de paso, fuerza por algún equipo. Pero la parcialidad o hinchada en el ciclismo uruguayo no existe o de existir creo que es prácticamente insignificante e intrascendente. Y es más, de existir, dudo de que sea necesaria.

El Club Ciclista Burunda, como antes señalaba, se fundó en 1978 apoyado por 223 socios en su primer año. Hoy, 31 años después de aquella fecha, cuenta con sólo 306 socios activos. No es un número despreciable, considerando que algún dinero aportan a la institución; sumado a que puestos todos juntos y formando un lindo grupo harían un gran ruido y una mayor ovación. Pero en un presupuesto que se maneja en el entorno de los 200 mil euros, el dinero aportado por la masa social es apenas mínimo, y créanme que no es la venta de tortas fritas lo que los lleva a esta cifra final. Cierta cuota de honestidad intelectual, aproxima a una estructura de este tipo a realidades comerciales imperantes. Nadie pone dinero en un equipo que presta mayor atención, en cumplir con añejos y románticos principios fundacionales, en lugar de posicionar una marca en forma íntima con el triunfo. Una vez ocurrido este triunfo, el titular reza: “Fabricio Ferrari, del Caja Rural de Navarra gano tal competencia”. Y les puedo asegurar, que al día siguiente, no habrá ningún socio del Club Ciclista Burunda con cara de reclamo porque no han nombrado el club de sus amores, el cual ha decidido apoyar por años, quizá. Que es más importante, el nombre del club ciclista o el nombre de la empresa que decide invertir en ciclismo?. Una vez más invito a la reflexión, esta vez a los directivos de las instituciones. Señores que en algunos casos ni siquiera tengo el gusto de conocer, pero me consta de los grandes esfuerzos que invierten en armar una temporada. Es hora de actualizarse, de dar un paso adelante, de abandonar viejos esquemas, de pensar que se puede. Si no encuentran la forma o no saben cómo, pidan asesoramiento. Seamos profesionales y serios, y como lo he dicho antes, vendamos ciclismo, vendamos credibilidad, comencemos por hacer las cosas bien en lo que está a nuestro alcance. Los directivos de los equipos tienen en sus manos, un recurso promocional de gran valor, dado el gran impacto que genera una formación cuando representa una firma comercial. Esa es la dirección en la que debemos marchar, ya no más Club Ciclista tal, o Unión Ciclista tal otra. Si una determinada empresa es quién financia determinada formación, mi equipo toma la denominación que esa firma desea promocionar y bajo el formato promocional que identifique a dicha marca, léase esto como logos, colores institucionales, valores, etc.; abandonando los colores que antiguamente identificaban al club, como es obvio. Esto eliminaría de una buena vez, la tan bochornosa imagen del ciclista o directivo del “Club Ciclista tal o cual” -que enfrentado ante un micrófono y una cámara, y luego de haber enviado saludos a toda su parentela- procede a leer de una lista de papel, un tropel de anunciantes al vuelo. Eso no es digno señores, eso debería ser desterrado del contexto de nuestro deporte, esa es una foto que ya debería haber caducado hace rato, dando paso a una era más evolucionada, inteligente y acorde a los tiempos del ciclismo actual.

El Caja Rural no es la excepción, en España como en toda Europa sobran los ejemplos. El Lizarte es un equipo del Club Ciclista Galibier; el Azysa-Conor-WRC pertenece al Club Ciclista Adi, y nadie se acuerda de esto y a muy pocos les importa. Las instituciones de Brasil ya han dado este paso, el ciclismo Chileno también. Argentina, increíblemente ha tenido, idas y vueltas en este aspecto, pero el concepto se maneja. México, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Bolivia son otro tanto de países de América, que entienden el ciclismo de esta forma al ver los beneficios que esto trae.

Fantaseando con un futuro de mejores audiencias, nuevos patrocinadores estarían destinando parte de sus recursos a invertir en publicidad en el ciclismo. Llegado ese momento, las instituciones han de estar preparadas para un escenario de esta naturaleza, mientras tanto deben actualizarse y generar una nueva dinámica comercial. Los directivos han de tener la doctrina de hombres de negocios, y no de recaudadores de colaboración. Los proyectos que pretendan captar nuevos patrocinios han de incluir presentaciones impecables en su aspecto y forma, con objetivos claros y realistas, y propuestas económicas concretas pero flexibles y direccionadas a encontrar de la inversión el mayor retorno publicitario. Insisto, de alcanzar el ciclismo nacional una mayor audiencia y un ámbito económico más claro, sería posible vender el ciclismo como un medio sumamente rentable como vehículo publicitario. Como ejemplo cito un caso; el Euskaltel-Euskadi en el 2008 contó con un presupuesto de 6.8 millones de euros, y tuvo al final de esa temporada un retorno publicitario calculado en 78.5 millones de euros, una ecuación más que favorable. Esto es un ejemplo de que generado un conjunto de condiciones, y desarrollados determinados aspectos que hacen a este negocio, es posible acercar patrocinadores atraídos por publicidad barata, en función del significativo retorno conseguido.

En busca de soluciones, diré lo siguiente. En nuestro país hoy las cifras son otras, claro está. Esto es por un tema tan simple como de proporción económica, así como el nivel de subdesarrollo de nuestro deporte, el cual es evidente. Pero sé de buena fuente, que igualmente las cifras no son en nada despreciables; y mucho cuesta conseguirlas, por cierto. En algunos casos y siendo equipos promedio, cuentan con presupuestos en el entorno a los 50 mil dólares. Han de haber equipos que manejan cifras mayores y otros que no se encuentran ni con el 10% de esta cifra. Paso a dejar un ejemplo práctico y a manera de plan de acción, para aquellos que me solicitan ser constructivo en mis apreciaciones. Ahora bien, establecido el presupuesto tentativo para la temporada, serán puestas las energías en encontrar aquellos patrocinadores que cubran el mismo. Aquella empresa, u organismo público o privado, que aporte claramente más del 75% u 80% del presupuesto, será quien otorgue la denominación al equipo. En el caso de porcentajes más cotejados, como un patrocinador que aporte un 50% y otro un 30%, el equipo compartiría denominación respetando prioridad de acuerdo a los porcentajes, como Silence-Lotto o Garmin-Slipstream. Pudiendo llegar a un máximo de tres patrocinadores en la denominación; y esto no por reglamento, sino a mi criterio ante el riezgo de caer en un mamarracho, con equipos que son un listado interminable de marcas. Ante el caso de un equipo con una sumatoria de muchos sponsors de pequeña inversión, el equipo ha de tomar el nombre de uno o dos sponsors relevantes en el presupuesto, los cuales han de ser tentados a aumentar la inversión y así despegarse del resto, para acceder de esta forma a tal privilegio. El resto de los sponsors menores, quedan como hasta ahora destinados a solo figurar en el maillot, pero no así en la denominación del equipo.

Es cierto que VTV está dando una mano a un cierto grupo de equipos, y que es importante destacar esta acción hermanada con las políticas federativas. Mucho he criticado algunas inacciones de VTV, pero justo es destacar lo que solidariamente ha emprendido sin tener un claro motivo. Pero zapatero a tus zapatos, es de la televisión el negocio que lo ocupa con sus auspiciantes y no el de subvencionar equipos que no encuentran el espacio de auto-gestión. Como ayuda para salir del pozo, lo comparto. Pero en su lugar, los equipos ciclistas sólo deben exigir a la TV un producto televisivo excelente y de gran audiencia, en lugar de pedirle dinero o que reparta la torta. Un buen producto televisivo, ha de ser suficiente apoyo para que una institución deportiva pueda encontrar quien desee invertir en un equipo ciclista que se muestra en una vidriera de gran impacto. Este párrafo a manera de bosquejo, en relación a un tema que da para mucho más y que será expuesto en otra nota con un detallado análisis en profundidad, un aspecto que habla de la interacción entre los equipos y los medios.
Si queremos que el ciclismo cambie, debemos estar dispuestos a cambiar todos. La FCU ha de marcar el rumbo, pero mientras ese rumbo no sea diagramado en un proyecto que debería ser ambicioso, integrador y claro para todos; a cada una de las partes nos toca ir adelantando tareas. Hace unos días mencionaba a la TV. Hoy, quizá sea tiempo de ir pensando, que es a los equipos a quien les toca mover sus fichas. Estructuras más organizadas, profesionalizadas en su gestión se hacen necesarias para alcanzar ratios económicos superiores y a partir de ahí mejores resultados deportivos. No debemos olvidar por tanto, que aunque ciclistas, desde el momento que alguien invierte dinero en nuestro equipo nos convertimos en vendedores de imagen. Y en esto ya no podemos improvisar, debiendo ser absolutamente profesionales, dado el nivel de compromiso que nos cabe y que tendremos por delante.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola gente muy lindo el blog me gusta q le den para adelate al ciclismo y bueno sigan asi yo soy de otra rama del ciclismo q es el bmx
les dejo mi blog espero q les guste m-bikes.blogspot.com
saludos
miguel diaz

Anónimo dijo...

Hola, lo que has dicho de Scott Zwizansky sobre los periodistas especializados tienes toda la razon, pero no solo los periodistas no lo sabian, sino tambien los directores de los equipos no conocian. Me da la imprecion de que no conocian a nadie en esta Vuelta. Porque atacar despues de la contrarreloj era un suicidio, y lo fue. Por suerte en el blog ya lo habia adelantado.
Saludos
Eddy Mansulino

Unknown dijo...

Hola, el blog está muy interesante porque trata temas que hacen a la parte organizativa del ciclismo, que para los aficionados a este deporte nos hace muy amena su lectura y va marcando con su opinión un rumbo. Estoy en un todo de acuerdo con el comentario escrito en el rol que deberían tener los equipos y en el cambio de mentalidad y de funcionamiento que debería procesarce en nuestro medio para que el ciclismo reviva, y se comience a pensar más con una mentalidad europea, pero como todo en este país es muy difícil desprenderse de viejas, anticuadas y poco profesionales formas de pensar y de manejar los equipos.
Un saludo y adelante con el blog.
Daniel de Rocha.