domingo, 25 de octubre de 2009

Ciclismo infantil, la tan necesaria “base” (Parte I).

(Tiempo estimado de lectura: 5´30´´ minutos)

El pasado 20 de Octubre el principal diario londinense The Daily Telegraph, publicaba una nota encabezada con el siguiente título: “Britain's love affair with cycling continues to grow” (La historia de amor de Gran Bretaña con el ciclismo sigue creciendo). Hace un poco más de tiempo, algo así como cuatro meses atrás, yo posteaba en este blog una nota titulada: “Cronos, el dios del tiempo”. En mi nota yo me permitía contrastar la exitosa realidad del ciclismo británico contra nuestra pobre y desprovista realidad, una realidad nacional donde la ausencia de resultados va de la mano de la ausencia de proyectos concretos y claros. En aquella nota, la base de mi análisis hacía foco en los aspectos relativos a la búsqueda de objetivos bien definidos en virtud de una adecuada planificación a largo plazo. Es posible y tal vez fácil que en algo todos estemos de acuerdo, los resultados o éxitos verdaderamente significativos no se consiguen de un día para el otro, muy por el contrario merecen tanto una adecuada como anticipada planificación así como una correcta utilización de los siempre escasos recursos.

Volviendo a la mencionada nota del diario inglés The Daily Telegraph, allí se escribe y mucho, del explosivo crecimiento del ciclismo inglés de los últimos tiempos. Esta explosión de “interés en el ciclismo” en Gran Bretaña no muestra señales de disminuir, al contrario, este crecimiento que se vio impulsado por los éxitos obtenidos en los dos últimos juegos olímpicos -principalmente en Beijing- aumenta cada día más. En los juegos olímpicos de Atenas el ciclismo británico consiguió dos medallas de oro y en cierta forma esto se vivió como una decepción, pero en busca de revertir esta escasa performance y preparar el camino hacia Londres 2012, los británicos ponen manos a la obra y desarrollan un plan de trabajo para alcanzar las 6 medallas de oro en Beijing. El plan de trabajo dio sus frutos, aunque en vez de ser 6 las medallas de oro obtenidas por los ciclistas británicos, en su lugar fueron 8 medallas de oro, 4 de plata y 2 de bronce. Dejando a Francia relegada a la segunda posición, con 2 oros, 3 de plata y 1 de bronce. En toda esta avalancha de medallas, “Sir” Chris Hoy fue la gran figura al ganar 3 medallas de oro en Beijing, posicionándolo como el gran héroe nacional así como el ícono del exitoso proyecto desarrollado por Dave Brailsford.

Basta ver algunas de las cifras que hoy reflejan la realidad del ciclismo británico. El gobierno en su momento financió al ciclismo con 3.5 millones de libras de dinero de la lotería durante los 4 años previos a Beijing. Actualmente y en vista de los resultados obtenidos en los pasados juegos olímpicos, aquella cifra de 3.5 millones, se ha elevado a 27 millones de libras (29.3 millones de euros) hasta el 2013. Ahora hay 11 velódromos en toda Gran Bretaña, con 5 más proyectados antes de 2013. Hay 49 pistas de BMX, así como más de una docena de circuitos permanentes y cerrados para uso exclusivo de ciclistas. El número de nuevas licencias crece a un ritmo de 20% en el último año, duplicándose desde el 2005 a la fecha. Se han formado 150 nuevos clubes ciclistas desde el 2005, llegando a la friolera de 1450 clubes ciclistas en la actualidad. En los últimos cuatro años el aumento de participantes en las competencias oficiales ha crecido un significativo 56%. Todas estas cifras no hacen más que reflejar una fuerte inversión oficial, es verdad, así como una respuesta masiva de la gente que comienza a ver el ciclismo como el gigante dormido que comienza a salir de su sueño. Pero por sobre todo se aprecia que de un comienzo mucho más primitivo y no tan sobrado de recursos, una vez consolidados los primeros resultados todo comienza a andar con mayor facilidad bajo el influjo de un efecto bola de nieve, donde la financiación comienza a llegar con más facilidad y los proyectos vinculados al ciclismo florecen por toda Gran Bretaña.

También es verdad que a partir de los sorprendentes éxitos del ciclismo británico, así como la aparición de figuras muy mediáticas como Chris Hoy, Victoria Pendleton o Mark Cavendish, el pueblo británico comenzó a prestar más atención al ciclismo y muchos más se aproximaron a su práctica, viviendo actualmente una verdadera explosión de este deporte. Pero es justo decir, que antes de esto tuvo que haber un principio en un proyecto germinal. Mucho antes del surgimiento de estas figuras se comenzó a trabajar casi desde la nada y desde una situación bastante sumergida, donde el ciclismo era la cenicienta del deporte inglés. Fue el trabajo bien focalizado fomentando el ciclismo desde la base, y la formación de ciclistas desde categorías infantiles lo que hoy da sus frutos en el deporte de esa nación. Tal es así que el slogan propio del proyecto británico es “More people more medals”. Bajo el entendido que cuantas más personas se adhieran a la práctica de ciclismo, más posibilidades tendrán de reclutar entre ellos a aquellos pocos talentos que sean capaces de algún día lograr medallas. Y viniendo a la realidad de nuestro país, la ecuación sería igualmente bien clara como extrapolable, cuanto más amplia la base de la pirámide más posibilidades de encontrar otro como Milton Wynants o tal vez como Federico Moreira. Esto es así de simple y sin mucha vuelta.

Atrás ha quedado en el tiempo la época cuando yo corría en novicios, allá por finales de los ochenta y bien iniciados los años noventa, vale decir y acoto, que en lo personal sin mayor trascendencia. En la ciudad de Mercedes se realizaban los campeonatos de novicios organizados por la Federación ciclista de Soriano, presidida en esos tiempos por el Sr. Néstor Frías. Eran tiempos de 120 o más ciclistas entre 13 y 18 años por domingo, que en el punto de largada de cada fecha del campeonato interdepartamental de novicios en ruta y pista desafiábamos al invierno. Aquella era la base de un ciclismo que con el tiempo dio grandes exponentes de Soriano como José Maneiro, Gustavo Figueredo, Raúl Sasso y otros tantos. Otros como Gregorio Bare se acercaban desde Colonia buscando la competitividad que daba un torneo bien organizado y con buen número de competidores. El Sr. Nestor Frías se retiró de aquella federación departamental y del ciclismo, y con este alejamiento sobrevino un tiempo dónde es justo decir que nadie hace mucho por atraer niños al ciclismo. Y esto se repite en casi todo el país, como ejemplo, si observamos los ciclistas en la categoría juniors en toda la república creo estar seguro que apenas superan las 30 licencias. O sea que en la actualidad ese es el escaso volumen de nuestra base, ya que la categoría juniors es la más significativa dentro del ciclismo infantil a la hora de evaluar la posibilidad cierta de cuantos ciclistas puedan ascender a categorías superiores o federadas. Con un número así sería muy difícil que de estos 30 y pocos ciclistas tengamos la suerte de encontrar un verdadero fenómeno para proyectar hacia un futuro, o por ejemplo llegar a constituir una cuarteta de nivel olímpico. Vale aclarar que el total de niños que integran el CODECAM, categoría que agrupa el total del ciclismo infantil en nuestro país, está en el entorno aproximado de los 220 competidores. La realidad hoy nos muestra que en nuestro país, se hace ciclista y compite el que verdaderamente lo lleva en la sangre o hereda la pasión por el ciclismo de algún familiar cercano. Pero no se arrima gente nueva, ya que como deporte no somos ni atractivos ni llamamos la atención de nadie. El ejemplo contrario se vive hoy día y para regocijo de los bikers en el MounTain Bike (MTB). Donde la buena organización el buen marketing y formas diferentes de hacer las cosas han arrimado gente nueva al MTB. Pero de esto, el ciclismo de ruta y pista no han aprendido nada y hasta me atrevo a decir que intentan no ver y menos aprender dónde verdaderamente está la clave.

En aquellos tiempos de novicio, el ciclismo estaba geográficamente más cercano para todos, cada domingo había 3 o 4 y hasta una media docena de competencias en varios puntos del país. Hoy se insiste con las famosas “fechas únicas”, curiosa fórmula, dónde el que vive en Rocha debe atravesar el país para competir en Salto. Maravillosa forma de fomentar el ciclismo, cuando precisamente lo que no sobran son recursos económicos. Es así, que hoy tanto una institución como una familia necesitan disponer del dinero suficiente para peregrinar por medio país en busca de una competencia, si es que quieren darles la tan necesaria continuidad a sus jóvenes ciclistas. Después pregonamos que el ciclismo en edades tempranas tan solo debe ser recreativo y como una forma de diversión, proclamando la necesidad de alejar a los niños de toda presión por conseguir el triunfo. Es imposible que los adultos responsables de esos niños, tanto sean padres como dirigentes, no trasladen cierta presión a los jóvenes después de haber conducido sus vehículos 500 km en busca de una dichosa competencia. En lo personal, soy un convencido de que las fechas únicas no contribuyen en nada al crecimiento del ciclismo como deporte. Si alguien tiene una idea contraria, lo invito a que nos ilustre al respecto, ya que doy fe que somos unas cuantas “cabecitas indoctas” que compartimos esta inquietud. Aunque está claro que en el ciclismo de nuestro país, hoy día muchas cosas son porque sí, y nadie se atreve ni a preguntar el porqué son así y mucho menos ponerlas en cuestión.

La misma fórmula de “fecha única” se está intentando implantar en las carreras de MTB, y es que de sabiondos y cabezas duras uno aprende con el asombro. Tal es así que ya son varios los bikers que se preguntan de quien fue la bendita idea de aceptar que la FCU se apodere de los destinos del MTB, siendo que la FCU nada hizo en su momento por fomentar el formidable crecimiento que hasta hoy mantiene esta disciplina. Claro, con un número tan atractivo de practicantes, es tentador que ahora la FCU se acerque a tirar el lazo y así obligar el pago de licencias. Aunque ya pasados al cobre, “clink caja” y a seguir durmiendo en un cajón, dónde muy pocos se acuerdan que esos felices contribuyentes también existen y merecen ser contemplados a la hora de participar en un panamericano o un mundial como dignos representantes del ciclismo nacional. Basta recordar como quedaron los bikers uruguayos, varados con las valijas prontas y sin viajar a Venezuela en el 2008. Y la FCU se lavó las manos.

Pero en fin, el tema aquí y hoy es otro. Intento ahondar en la problemática que afecta y refiere a las categorías menores del ciclismo nacional, ya que es notorio que cada día es menor el número de niños que practican ciclismo competitivo en Uruguay. Y es igualmente notoria, la ausencia de un programa sólido y bien diagramado que permita revertir esta situación. Hay ejemplos aislados que realmente merecen la pena ser señalados y aplaudidos, como la escuela de ciclismo que llevan adelante la gente de la Intendencia Municipal de Tacuarembó con la colaboración de los ciclistas Eleno Rodríguez y el Campeón Panamericano de ruta Richard Mascarañas. En el velódromo capitalino, también funcionó en su momento una escuela de ciclismo impulsada por el otrora crack Miguel Margalef, y pido disculpas si no menciono en esta nota, a los igualmente y valiosos apasionados que se esfuerzan prácticamente en solitario por impulsar el ciclismo menor en tal vez alguna otra parte del país. Pero todos estos esfuerzos, aunque cargados de muy buenas intenciones, pecan de las carencias propias de constituirse como proyectos aislados y no integrados en una política deportiva nacional impulsada y conducida por la federación nacional competente, o sea la FCU. Pero por sobre todo, estos escasos esfuerzos actuales solo permiten que el ciclismo sobreviva, pero ni por asomo posibilitan un verdadero despegue de nuestro deporte, en lo que a cantidad y calidad refiere.

En lo personal y por todo lo hasta ahora expresado, creo que este es un tema que merece profundizar aún más. Y sin lugar a dudas, dentro del ciclismo actual es el gran tema a resolver por muchas naciones del mundo que hoy enfrentan la misma problemática que nosotros. Quizá en este punto entonces no seamos una clara excepción, aunque no deberíamos quedar abandonados en la frase popular de “mal de mucho consuelo de tontos”. Por el camino de siempre, de ejercer el derecho a la crítica responsable y respetuosa pero desde el mismo modo aportar ideas, estaremos dedicando una o más notas a discutir estos temas. Seguramente en el rol de quien esto escribe y de quien desde ahí dedica unos minutos a leer estas notas, pueda surgir un intercambio de ideas y de esta sana discusión quizá aparezcan elementos de verdadero aporte.

El punto más importante que quedará por analizar entre otros aspectos y en otra nota por venir, refiere a él concepto que ahonda en la forma de “acercar los niños al ciclismo” o por el contrario el concepto que maneja la idea de “acercar el ciclismo a los niños”, lo cual en la contraposición induce como es natural en acciones muy dispares. O quizá ni una ni otra estrategia en forma absoluta, tal vez de un profundo análisis podamos asegurar que sea más oportuno proyectar acciones basadas en un “mix” de ambos conceptos actuando en sinergia.

Como decía aquel cuestionado personaje futbolístico de nuestro país hermano, el Bambino Veira: “la base está…!”. Quizá en algunas pocas naciones mejor organizadas esto sea así, y los resultados lo demuestran. En cambio, por acá ni eso.