lunes, 31 de agosto de 2009

El rol de los equipos, un recurso publicitario mínimamente aprovechado.


(Tiempo estimado de lectura: 7´minutos.)

En estos días, la Unión Ciclista Internacional (UCI) le ha otorgado un cupo a la Federación Ciclista Uruguaya (FCU), y con ello Uruguay estaría posibilitado de participar con un competidor en la prueba de ruta del próximo mundial de ciclismo. La participación del ciclista celeste será el próximo 26 de setiembre, en Mendrisio “il magnifico borgo” -la ciudad magnífica, según los italianos-, ubicada al sur de Suiza y muy cercana al Lago de Lugano. Casi de inmediato y tan solo unos días después, la FCU ha hecho pública la designación del ciclista Fabricio Ferrari para ocupar este cupo y concurrir a representarnos en dicho evento mundialista. Esta nominación ha recaído en él, con buen criterio, dado lo relevante de las actuaciones de nuestro compatriota en el viejo continente. Ferrari ha cosechado varios triunfos en lo que va del año y muchísimos más puestos de destaque, siendo uno de los líderes del potente equipo Caja Rural de Navarra. Vale decir que este equipo es uno de los más laureados como combativos del pelotón aficionado español.

En esta nota hay un aspecto que me interesa señalar, y en parte hace a la historia del equipo Caja Rural de Navarra. El equipo pertenece al Club Ciclista Burunda, uno de los clubes más activos de Navarra, y tanto la estructura Elite como Sub-23 son patrocinadas por la Caja Rural de Navarra. Dicha historia comienza en la década de los ochenta, concretamente en el año 1983, bajo la denominación de Saltoki y con el objetivo de dar continuidad a los ciclistas del club y posibilitarles así el salto a profesionales. El Club Ciclista Burunda, fundado el 4 de Mayo de 1978, es pilar fundamental del actual equipo Caja Rural contando desde un principio hasta nuestros días con una gran escuela de ciclismo. Siendo la actividad formativa, el concepto del cual nunca se han apartado y la verdadera cantera de esta formación. También es justo decir, que en la actualidad esta estructura es una de las que más ciclistas ha aportado al pelotón profesional: Santi Crespo, Iker Flores, Egoi Martínez, Igor Flores, Patxi Vila, Gorka Verdugo, Jorge Azanza, a título de ejemplo. Esto demuestra el trabajo bien hecho por esta organización, que encuentra en Navarra, una comarca con gran afición al ciclismo. Del mismo modo nos permite aventurar una prometedora esperanza en el futuro de Fabricio Ferrari, que seguramente encontrará el año próximo, el tan merecido salto a un equipo profesional.

El aspecto que deseo señalar, es que Club Ciclista Burunda se denomina de acuerdo a sus patrocinadores de turno. Siendo así, se les conoce como “Katealde-Razesa” en tres de sus categorías menores: Pricipiantes, Alevines e Infantiles. En categorías cadetes la denominación con que deciden hacerse conocer es “Citroen-San Miguel”. Y como ya hemos dicho, tanto en categoría Elite como Sub-23 la denominación conocida es “Caja Rural de Navarra”. Vale decir que si bien el patrocinador es el mismo, la estructura en nada tiene que ver con aquel antiguo y potente equipo profesional Caja Rural, que brilló desde 1987 al 89, en que se transformó en Paternina, para luego transformarse en Artiach hasta su desaparición en 1995. En cambio sí, la organización del Club Ciclista Burunda en su momento guardaba relación con el equipo Kaiku, de categoría profesional continental. Dicho equipo fue formado en el 2005 sobre la base del Caja Rural aficionado, y permaneció en el pelotón profesional durante dos temporadas hasta finales del 2006.

En notas anteriores hemos analizado el rol de los medios en el desarrollo de este deporte, y más precisamente hemos puesto el ojo sobre el supuesto alcance de la televisión, y en cuanto estaría incidiendo un mejor producto televisivo a la hora de apuntar a un desarrollo del ciclismo. Es mi afán, ir analizando en su justa medida, uno a uno los aspectos que hacen a la globalidad de nuestro ciclismo. Hoy deseo focalizar mi análisis en el rol de los equipos, vistos como estructuras deportivas capaces de integrarse e interactuar en un proyecto colectivo, pero conservando sí, la individualidad que a mi juicio es absolutamente necesaria. El eje de mi análisis apunta a observar al equipo ciclista como unidad de promoción por excelencia, al tiempo que su condición bien entendida, lo hace solvente sino rentable.

Hace también tan solo escasos días, otra noticia se relaciona con el tema que intento desarrollar; se anuncia que un par de instituciones se suman a la FCU. Se trata de Salto Nuevo Club y Club Ciclista Rocha Athletic. Es una excelente noticia y ayuda a pensar en un avance. Pero no obstante esto, yo voy por otro camino de pensamiento y me pregunto. No será hora de ir pensando en qué medida un equipo ciclista es capaz de ser un buen soporte publicitario, cuando en realidad pone más atención en representar los intereses de una supuesta parcialidad (?), en lugar de representar sin demoras y con la más absoluta contundencia los intereses de las marcas patrocinadoras. Y no pretendo señalar el caso de estas dos nuevas instituciones que recién se suman al pelotón criollo por tanto recién comienzan a transitar un camino, aunque podría, ya que podrían haber sido concebidas desde un principio, con otra visión comercial. Mejor aún, prefiero invitar a la reflexión a los directivos de las instituciones más señeras y consolidadas de nuestro país. Pues, hasta que no abandonemos procesos mentales que nos atan ridículamente a una historia ya inexistente y nos ajustemos a una realidad mundial, seguiremos en el mismo punto y en la misma queja.

Llevo 20 años vinculado en forma activa y en mayor o menor medida a este deporte, y más o menos 25 años prestando atención al ciclismo. Créanme, que en todos estos años me he cruzado con simpatizantes, hinchas o aficionados a clubes deportivos relacionados al fútbol sí, al básquet también y por ahí hasta alguno del rugby, pero nunca a nadie que me diga soy hincha de tal o cual club ciclista. Dejo afuera de esta apreciación a Nacional y Peñarol –en ese orden- los cuales cuando formaron parte del pelotón ciclista, arrastraron y es justo decirlo, a algún aficionado al fútbol que se arrimó al ciclismo y a la orilla del camino, agitando alguna bandera. Sepan disculparme si no los he visto o no los he sabido ver, y si los he visto los he confundido con algún oportuno familiar o amigo que hizo, de paso, fuerza por algún equipo. Pero la parcialidad o hinchada en el ciclismo uruguayo no existe o de existir creo que es prácticamente insignificante e intrascendente. Y es más, de existir, dudo de que sea necesaria.

El Club Ciclista Burunda, como antes señalaba, se fundó en 1978 apoyado por 223 socios en su primer año. Hoy, 31 años después de aquella fecha, cuenta con sólo 306 socios activos. No es un número despreciable, considerando que algún dinero aportan a la institución; sumado a que puestos todos juntos y formando un lindo grupo harían un gran ruido y una mayor ovación. Pero en un presupuesto que se maneja en el entorno de los 200 mil euros, el dinero aportado por la masa social es apenas mínimo, y créanme que no es la venta de tortas fritas lo que los lleva a esta cifra final. Cierta cuota de honestidad intelectual, aproxima a una estructura de este tipo a realidades comerciales imperantes. Nadie pone dinero en un equipo que presta mayor atención, en cumplir con añejos y románticos principios fundacionales, en lugar de posicionar una marca en forma íntima con el triunfo. Una vez ocurrido este triunfo, el titular reza: “Fabricio Ferrari, del Caja Rural de Navarra gano tal competencia”. Y les puedo asegurar, que al día siguiente, no habrá ningún socio del Club Ciclista Burunda con cara de reclamo porque no han nombrado el club de sus amores, el cual ha decidido apoyar por años, quizá. Que es más importante, el nombre del club ciclista o el nombre de la empresa que decide invertir en ciclismo?. Una vez más invito a la reflexión, esta vez a los directivos de las instituciones. Señores que en algunos casos ni siquiera tengo el gusto de conocer, pero me consta de los grandes esfuerzos que invierten en armar una temporada. Es hora de actualizarse, de dar un paso adelante, de abandonar viejos esquemas, de pensar que se puede. Si no encuentran la forma o no saben cómo, pidan asesoramiento. Seamos profesionales y serios, y como lo he dicho antes, vendamos ciclismo, vendamos credibilidad, comencemos por hacer las cosas bien en lo que está a nuestro alcance. Los directivos de los equipos tienen en sus manos, un recurso promocional de gran valor, dado el gran impacto que genera una formación cuando representa una firma comercial. Esa es la dirección en la que debemos marchar, ya no más Club Ciclista tal, o Unión Ciclista tal otra. Si una determinada empresa es quién financia determinada formación, mi equipo toma la denominación que esa firma desea promocionar y bajo el formato promocional que identifique a dicha marca, léase esto como logos, colores institucionales, valores, etc.; abandonando los colores que antiguamente identificaban al club, como es obvio. Esto eliminaría de una buena vez, la tan bochornosa imagen del ciclista o directivo del “Club Ciclista tal o cual” -que enfrentado ante un micrófono y una cámara, y luego de haber enviado saludos a toda su parentela- procede a leer de una lista de papel, un tropel de anunciantes al vuelo. Eso no es digno señores, eso debería ser desterrado del contexto de nuestro deporte, esa es una foto que ya debería haber caducado hace rato, dando paso a una era más evolucionada, inteligente y acorde a los tiempos del ciclismo actual.

El Caja Rural no es la excepción, en España como en toda Europa sobran los ejemplos. El Lizarte es un equipo del Club Ciclista Galibier; el Azysa-Conor-WRC pertenece al Club Ciclista Adi, y nadie se acuerda de esto y a muy pocos les importa. Las instituciones de Brasil ya han dado este paso, el ciclismo Chileno también. Argentina, increíblemente ha tenido, idas y vueltas en este aspecto, pero el concepto se maneja. México, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Bolivia son otro tanto de países de América, que entienden el ciclismo de esta forma al ver los beneficios que esto trae.

Fantaseando con un futuro de mejores audiencias, nuevos patrocinadores estarían destinando parte de sus recursos a invertir en publicidad en el ciclismo. Llegado ese momento, las instituciones han de estar preparadas para un escenario de esta naturaleza, mientras tanto deben actualizarse y generar una nueva dinámica comercial. Los directivos han de tener la doctrina de hombres de negocios, y no de recaudadores de colaboración. Los proyectos que pretendan captar nuevos patrocinios han de incluir presentaciones impecables en su aspecto y forma, con objetivos claros y realistas, y propuestas económicas concretas pero flexibles y direccionadas a encontrar de la inversión el mayor retorno publicitario. Insisto, de alcanzar el ciclismo nacional una mayor audiencia y un ámbito económico más claro, sería posible vender el ciclismo como un medio sumamente rentable como vehículo publicitario. Como ejemplo cito un caso; el Euskaltel-Euskadi en el 2008 contó con un presupuesto de 6.8 millones de euros, y tuvo al final de esa temporada un retorno publicitario calculado en 78.5 millones de euros, una ecuación más que favorable. Esto es un ejemplo de que generado un conjunto de condiciones, y desarrollados determinados aspectos que hacen a este negocio, es posible acercar patrocinadores atraídos por publicidad barata, en función del significativo retorno conseguido.

En busca de soluciones, diré lo siguiente. En nuestro país hoy las cifras son otras, claro está. Esto es por un tema tan simple como de proporción económica, así como el nivel de subdesarrollo de nuestro deporte, el cual es evidente. Pero sé de buena fuente, que igualmente las cifras no son en nada despreciables; y mucho cuesta conseguirlas, por cierto. En algunos casos y siendo equipos promedio, cuentan con presupuestos en el entorno a los 50 mil dólares. Han de haber equipos que manejan cifras mayores y otros que no se encuentran ni con el 10% de esta cifra. Paso a dejar un ejemplo práctico y a manera de plan de acción, para aquellos que me solicitan ser constructivo en mis apreciaciones. Ahora bien, establecido el presupuesto tentativo para la temporada, serán puestas las energías en encontrar aquellos patrocinadores que cubran el mismo. Aquella empresa, u organismo público o privado, que aporte claramente más del 75% u 80% del presupuesto, será quien otorgue la denominación al equipo. En el caso de porcentajes más cotejados, como un patrocinador que aporte un 50% y otro un 30%, el equipo compartiría denominación respetando prioridad de acuerdo a los porcentajes, como Silence-Lotto o Garmin-Slipstream. Pudiendo llegar a un máximo de tres patrocinadores en la denominación; y esto no por reglamento, sino a mi criterio ante el riezgo de caer en un mamarracho, con equipos que son un listado interminable de marcas. Ante el caso de un equipo con una sumatoria de muchos sponsors de pequeña inversión, el equipo ha de tomar el nombre de uno o dos sponsors relevantes en el presupuesto, los cuales han de ser tentados a aumentar la inversión y así despegarse del resto, para acceder de esta forma a tal privilegio. El resto de los sponsors menores, quedan como hasta ahora destinados a solo figurar en el maillot, pero no así en la denominación del equipo.

Es cierto que VTV está dando una mano a un cierto grupo de equipos, y que es importante destacar esta acción hermanada con las políticas federativas. Mucho he criticado algunas inacciones de VTV, pero justo es destacar lo que solidariamente ha emprendido sin tener un claro motivo. Pero zapatero a tus zapatos, es de la televisión el negocio que lo ocupa con sus auspiciantes y no el de subvencionar equipos que no encuentran el espacio de auto-gestión. Como ayuda para salir del pozo, lo comparto. Pero en su lugar, los equipos ciclistas sólo deben exigir a la TV un producto televisivo excelente y de gran audiencia, en lugar de pedirle dinero o que reparta la torta. Un buen producto televisivo, ha de ser suficiente apoyo para que una institución deportiva pueda encontrar quien desee invertir en un equipo ciclista que se muestra en una vidriera de gran impacto. Este párrafo a manera de bosquejo, en relación a un tema que da para mucho más y que será expuesto en otra nota con un detallado análisis en profundidad, un aspecto que habla de la interacción entre los equipos y los medios.
Si queremos que el ciclismo cambie, debemos estar dispuestos a cambiar todos. La FCU ha de marcar el rumbo, pero mientras ese rumbo no sea diagramado en un proyecto que debería ser ambicioso, integrador y claro para todos; a cada una de las partes nos toca ir adelantando tareas. Hace unos días mencionaba a la TV. Hoy, quizá sea tiempo de ir pensando, que es a los equipos a quien les toca mover sus fichas. Estructuras más organizadas, profesionalizadas en su gestión se hacen necesarias para alcanzar ratios económicos superiores y a partir de ahí mejores resultados deportivos. No debemos olvidar por tanto, que aunque ciclistas, desde el momento que alguien invierte dinero en nuestro equipo nos convertimos en vendedores de imagen. Y en esto ya no podemos improvisar, debiendo ser absolutamente profesionales, dado el nivel de compromiso que nos cabe y que tendremos por delante.

martes, 18 de agosto de 2009

Televisión, la punta de la madeja.

(Tiempo estimado de lectura: 7´30´´minutos)
En nota anterior, repasaba la influencia de la prensa en la reformulación del ciclismo y en el crecimiento de este deporte a comienzos del siglo XX y hasta nuestros días. Fue interesante ver, como algunos periódicos europeos, se podría decir que “inventaron ciclismo”, para generar noticias como hecho causal. Y una vez generado el espectáculo, vendieron más, pasando de ser periódicos semanales a prensa de tiraje diario. Y de esta forma, crecieron ambos, prensa y ciclismo.

Hoy, los diarios L´equipe o la Gazzetta dello Sport siguen aumentando sus tiradas en tiempos de ciclismo. Sin embargo es la televisión, la gran vedette y motor de estas justas deportivas. Se acaban de publicar las cifras de audiencia alcanzadas por el Tour de France en la edición recientemente concluida, y con el retorno de Lance Armstrong se registraron niveles de audiencia record en el mundo entero. A manera de ejemplo, en España la etapa del Tour de France menos vista, fue la 2da con sólo 675 mil espectadores y la más vista la etapa 15 con final en Verbier, con 1.356.000 espectadores. Cinco etapas tuvieron una audiencia por encima del millón de espectadores. Vale recordar, que un informativo central en España como Telediario 1 de TVE tiene 6 puntos de rating promedio, lo cual dice que es visto por 1.2 millones de espectadores y el Telediario 2 por 1.6 millones, llegando en algunos casos a 2.5 de los casi 47 millones de habitantes que tiene España. La Vuelta a España no se queda atrás en los niveles de audiencia, y a pesar que ellos dicen estar viviendo desde hace unos años un gran crisis del ciclismo, la etapa del Angliru de la Vuelta a España 2008 alcanzó de promedio los 2.5 millones de espectadores con picos por encima de 3 millones, mientras el partido de fútbol Barcelona-Racing solo alcanzaba ese fin de semana 1.7 millones de espectadores, y la F1 tampoco alcanzaba las cifras del ciclismo. El promedio de audiencia de las 21 etapas se mantuvo muy próximo al millón de espectadores diarios. Esto nos muestra que el ciclismo, en algunos países de Europa, no está tan lejos de los niveles de audiencia de las principales propuestas de la televisión, como lo son a manera de ejemplo, los noticieros o el fútbol.

En Uruguay, el informativo líder en audiencia viene siendo en casi todas las mediciones, Subrayado de Canal 10, con un promedio de 10 puntos de rating, lo que arroja una cifra de 120.000 mil espectadores. Al mismo tiempo, el resumen de una etapa de Rutas de América o Vuelta Ciclista del Uruguay, marca un rating entre 1 y 1.5 puntos de rating, según IBOPE. Esto nos dice que nuestro ciclismo es visto por televisión, por entre 12.000 y 18.000 escasos espectadores. Sé que los números hay veces que son tediosos, pero no encuentro una forma mejor de evidenciar una triste realidad. En 47 millones de habitantes que tiene España, 1 millón de personas es poco más del 2% de la población. En Uruguay, el 2% de 3.4 millones de habitantes sería un promedio de 70.000 espectadores. O sea que en Uruguay el ciclismo con poco más de un punto de rating, no existe. Con números así, para muchos posibles auspiciantes no les resulta atractivo invertir en nuestro deporte. La meta entonces, se impone al menos en más de 5 puntos de rating, pues si se hacen las cosas bien, es posible alcanzarlos. Considerado el anterior análisis cuantitativo, vean entonces, si tendremos comparativamente margen de desarrollo. Crecer es posible, ahora ya hemos visto “cuanto” es posible hacerlo.
A continuación les mostraré “dónde”, a mi juicio, está la principal falla de este negocio. Una vez analizado esto, continuaré la nota exponiendo a vuestro criterio, tres conceptos básicos por dónde comenzar a encaminar una estrategia de cambio.

En un ciclismo unido por contrato, hermanados a la televisión como en este caso estamos con VTV, debería ser más fácil interpretar cual es el camino y en que estamos fallando. La punta de la madeja de este negocio es la televisión, y de ella dependemos para hacer crecer al ciclismo nacional. En el mundo en que vivimos, la televisión es el medio promocional por excelencia, al considerar que es un medio masivo e impactante. Por qué, es tan difícil entender que de un buen producto televisivo dependemos todos?. Cuál es la razón, por la que todos los canales de nuestro país que se han dispuesto a televisar nuestro ciclismo, han generado programas tan malos, durante tantos años?. El resultado ha sido y es, lamentablemente pésimo. Los periodistas de ciclismo de siempre, como también sucede en otros deportes, han sabido pegar duro a los deportistas nacionales cuando las cosas no han salido bien. Es moneda corriente para un periodista deportivo decir que la selección nacional de fútbol jugó pésimo, o que tal o cual jugador, jugó un partido espantoso. El ciclismo no ha estado ajeno a este tipo de críticas, se ha tratado al ciclista uruguayo de holgazán, poco profesional y un largo etc. Juicios, que por otra parte, el ciclista uruguayo ha tenido y ha sabido aceptar calladamente. Pero a los medios que han dado cobertura al ciclismo nunca nadie les ha criticado su trabajo, es un tema prohibido. Si vas contra ellos, “después no te nombran”, es el comentario dentro del pelotón. Se dice en voz baja, pero nunca de frente. Deberíamos darnos cuenta que una crítica a tiempo y con respeto, puede, en lugar de generar sólo antipatías en la mente de algún necio, contribuir al desarrollo de este deporte en forma más que significativa, quizá. Aumentando, y este es el gran punto, las ganancias para todos.
Daniel Bilalian, director del área de deportes de France Télévisions, explicaba hace unos días en una nota concedida a AFP, que “los medios técnicos han mejorado, siendo que el ciclismo es un deporte tan difícil de filmar porque se filmaba de costado, y que hoy día las cámaras tienen nuevos objetivos que les permiten filmar a los corredores de frente”. Yo creo que este señor Bilalian nunca vio ciclismo uruguayo por TV, serían tantos los horrores a corregir que no alcanza con cámaras con objetivos de última generación. Aún hoy, aquí en nuestro país, se siguen intentando ofrecer un producto televisivo arcaico, demodé.

Pero esto no es algo nuevo, reitero. Desde siempre, la televisión de nuestro país, cuando de ciclismo se trata, ha intentado la misma fórmula año tras año y todos sin mayor trascendencia. Lamentablemente, nunca hemos visto un verdadero despegue, nunca un rumbo nuevo. Pues los cambios no han sido sustanciales, sólo han resultado y en el mejor de los casos, en un somero lavado de cara, como si de un producto consolidado estuviésemos hablando. La verdad, es que ciclismo nunca ha sido un producto televisivo consolidado, por ello no debemos pensar en otra cosa que no sea crecer. Desde siempre se ha jugado a hacer un recorto y pego, a seguir el camino fácil, el de menos demanda de neuronas. Con un relato televisivo similar al producto tradicional radial, que sin duda refleja el aspecto más folklórico de nuestro ciclismo. Eso es un recorto y pego, recorto de la radio y pego en la televisión, y no me la complico. Así, seguiremos eternamente igual. Las nuevas generaciones son un público muy difícil de captar de esta forma, es una audiencia que demanda un producto televisivo más actualizado, joven, profesional y más dinámico. No se puede seguir haciendo ciclismo para mis tíos o un reducido grupo de veteranos que reclaman un trozo de historia. Y no lo digo porque este grupo de gente no se merezca un producto a su medida, sino porque son muy pocos, y lamentablemente este mercado se nos achica año tras año. Los perdurables relatores del ciclismo son como una cofradía impenetrable y eterna, son los sabiondos que padecemos, las caras de siempre y absolutamente desactualizados. Los enamorados de este deporte no tenemos opción, y recurrimos a la televisión nacional a regañadientes tan solo para inventarnos, poniendo mute, nuestro propio relato y así enterarnos de los resultados o seguir la performance de algún amigo, familiar o conocido. Pero esto no ha de ser así, esto amenaza con agotar todas las posibilidades de crecimiento, ya que esta es la fórmula que ha demostrado ser ineficiente para captar audiencias masivas, año tras año.

Seguimos viendo premiaciones con podios deslucidos y poco atrayentes, en cuanto debería ser el momento protocolar estelar y de mayor brillo o lucimiento estético. Siendo que tanto, la imagen fotográfica como televisiva de los triunfadores en el podio, es posible que dé la vuelta al mundo, quizá. Pasa el tiempo y se sigue insistiendo en el recurso de la cámara sobre un vehículo de 4 ruedas, cuando en el mundo entero es la moto que le brinda a la cámara una mayor movilidad, libertad y acercamiento al ciclista. Yo no puedo creer que los canales que se proponen tener el control de este deporte, no consideren que la primera inversión, debería ser en recursos técnicos para ofrecer un producto impecable. No deberían existir escusas al respecto, si es que las hay. Lo contrario es que, de estar actualizados en recursos técnicos, admitir que las carencias que son notorias, sean solo de recursos humanos. Como quiera que sea, hay que buscarle una solución a este, nuestro talón de Aquiles y nuestro mayor lastre. Mi aspiración, es que los responsables de la televisión sepan sin dudar un instante, que los ciclistas nos sentimos honrados con que nos sigan considerando como un espectáculo con el que es posible lucrar. En lo personal, es la idea más fuerte que siempre he intentado reflejar, que el ciclismo puede llegar a ser un buen negocio. Aunque dudo, que con un producto televisivo tan malo, alcance para nutrir el bolsillo de todos, con la justicia que otorga la virtud de los esfuerzos. Digo esto, amén de la buena voluntad que se aprecia de VTV, la cual doy por manifiesta.

El primer concepto al que anteriormente hacía referencia, establece prioridades, entre “calidad deportiva o calidad del espectáculo”. Este concepto yo creo que es básico, y lo debemos entender. Ya que por más que mañana tengamos la suerte de contar con más de 60 ciclistas clase “A” en el país, que sean capaces de rodar en una crono por encima de los 50k/h de promedio, lo cual sería excelente; u otro tanto que sean capaces de definir un embalaje a más de 65 o 70 k/h; y si a eso le sumamos un ciclismo uruguayo que viaje al exterior y consiga medallas así como glorias varias, no sería suficiente. No pasa por un ciclismo más rápido, pasa por un espectáculo que de una buena vez llame la atención de muchos más que 18 o 20 mil televidentes. Créanme que un ciclismo más rápido no cambiaría en nada, o quizá en muy poco. A manera de ejemplo, el básquet de EE.UU ya dejó de ser la selección o “Equipo de los Sueños” que arrasaba en los juegos olímpicos o en los mundiales, y eso lo sabemos todos. Sin embargo la NBA sigue siendo la mejor liga del mundo sin discusión, la que mueve más dinero y la que tiene mayor audiencia mundial. Y este es un concepto que debemos entender, el tema no pasa sólo por calidad deportiva, el tema pasa por calidad del espectáculo, por entender el negocio y por montar un buen circo, llamativo y bien pensado de principio a fin.

El segundo concepto, refiere a “no hacer un espectáculo de ciclismo solo para ciclistas”. Esto lo digo después de reafirmar y reclamar con crudeza, que hay que proponerse mejorar el producto televisivo, que en realidad es muy malo. La verdad, aunque a muchos duela, es que al ciclismo uruguayo no lo mira casi nadie, ni poniéndole verdaderamente ganas. No lo digo yo, lo dicen los números, que son más crueles aún. El desafío, no es que logren ofrecer un producto atractivo para todos los que nos gusta el ciclismo con pasión. El verdadero desafío, en verdad debe ser intentar captar “nuevos” apasionados al ciclismo. Ese es el punto del negocio. Con los pocos “locos” que nos gusta este deporte no hacemos nada. No somos mercado. Somos un número menor, a la hora de considerar encontrar un retorno publicitario en un market share tan limitado.

El tercer concepto nos dibuja otra idea, que apunta a mostrar “cuáles serían los nuevos aficionados al ciclismo”. Esto se hace necesario, pues en nuestro país los fanáticos del ciclismo no llegamos a 70.000 personas pero ni por asomo, eso creo. El punto es, que todos tenemos un deporte favorito, pero también un segundo deporte a quien prestamos atención cuando lo merece, y eso deja la puerta abierta para poco a poco comenzar a crecer en niveles de audiencia. De los 3 millones de españoles que siguen en directo una etapa del Tour, Giro o Vuelta, seguramente un buen número de ellos no tienen al ciclismo como primer deporte. Un gran número de esos 3 millones ese día abandonan el club de fútbol de sus amores, o el tenis o la F1 y se congelan frente al televisor a ver un final de etapa. A esa realidad tenemos que abrir los ojos, eso lo tenemos que ver, eso lo tenemos que lograr. No podemos seguir ofreciendo ciclismo para ciclistas. Debemos centrarnos en ofrecer un espectáculo abierto a un público más amplio, que nos ofrezca una mayor renta publicitaria. Pero no por el mismo camino que se ha intentado por años. Hay que cambiar de raíz.

La temporada está por comenzar y uno comienza a fantasear con la idea de encontrarse con un producto televisivo similar quizá, al de Eurosport o ESPN. Con relatores como la mexicana Georgina Ruiz Sandoval o profesionales de los medios como Mario Uberti aquí en Uruguay, que sin saber de ciclismo, ha brillado relatando ciclismo cuando le ha tocado cubrir los Juegos Olímpicos. Ejemplos hay, jóvenes comunicadores recién egresados seguramente también.

Mejorar el producto televisivo. Esa debe ser la tarea de la TV, a quien si bien estamos atados por contrato, no podemos manejar o gestionar a nuestro antojo. Sólo podemos sugerir, motivar, incentivar, rogar. Solo nos queda cruzar los dedos y rezar para que estos estimados señores se iluminen de una buena vez y entiendan que es verdad que ellos son los dueños de una parte del negocio, pero sus decisiones afectan al ciclismo uruguayo en general, un ciclismo uruguayo que ahora ha puesto todos los huevos en una sola canasta, y el dueño de la canasta hoy es VTV. Y aunque la televisión es el motor que tira de este carro, no debemos olvidar que todos somos, en mayor o menor medida piezas activas de esta maquinaria. En futuras notas iremos viendo la función, o niveles de implicancia, del resto de los actores que interactúan en este, nuestro ciclismo.
De momento, debemos ocuparnos en cada gesto, ya sea en actitud deportiva o presencia pública. Tanto en una ruta como en un semáforo, desde un escritorio de la federación como en un entrenamiento. A contribuir todos, cada uno desde su sitio a hacer crecer el ciclismo como “marca”. Debemos vender “CICLISMO”. Ese deber ser nuestro más claro objetivo colectivo.

lunes, 10 de agosto de 2009

El ciclismo como “marca” de valor.


(Tiempo estimado de lectura: 5´ minutos.)


Es curioso ver cómo, con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid en el año 2000, una entidad deportiva deficitaria se transforma en muy poco tiempo en una moderna empresa deportiva-mediática. Un claro ejemplo, de cómo la aplicación de un modelo de gestión empresarial a una entidad deportiva, puede generar un nuevo modelo de negocios, duplicando como en este caso, las ganancias. En el período 2000-2001 eran de 137 millones de euros, y al final del período 2004-2005 las ganancias del Real Madrid ya eran de más de 275 millones de euros. En la transformación de esta entidad deportiva, la clave ha sido encaminar un proyecto con dos pilares muy fuertes, éxito deportivo y éxito económico. Sin embargo, dentro de este modelo, no se concibe la posibilidad de lograr el éxito deportivo sin alcanzar un buen resultado económico. Pero la enseñanza más fuerte que nos deja este ejemplo, es como una organización ha logrado desarrollar un recurso valioso, como lo es la marca, y a partir de la cual se ha trazado una estrategia que ha logrado potenciarla y explotarla.


Lo hemos señalado en notas anteriores, el deporte moderno, se gestiona como un universo económico. Por ende, es imposible abstraerse de esta realidad. Siendo así, y teniendo por delante la gestión de una entidad deportiva como la Federación Ciclista Uruguaya, núcleo de los destinos de nuestro deporte, para la actual directiva es de orden interpretar las claves de este negocio. Confío por tanto, que esta comisión de personas, ha de destinar caros minutos intelectuales para este fin. No obstante su tarea, yo al tiempo que ellos, me destino unos minutos a compartir algunos razonamientos con ustedes.


El ciclismo moderno confía sus ingresos, al rédito que el alcance de audiencia pueda generar. El ciclismo vende presencia mediática, no vende localidades en un estadio, o quizá muy pocas en competencias de pista. El valor de los derechos de televisación, va de la mano del impacto mediático del ciclismo como marca, y por tanto uno de los objetivos a superar. Esto a simple vista es muy claro de entender, pero un análisis más profundo, arroja un panorama un poco más complejo.


Si nos remontamos al origen de las grandes competencias ciclistas del mundo, podemos observar aspectos muy curiosos. El Tour de France, El Giro de Italia y la Vuelta a España, fueron competencias deportivas creadas como elementos generadores de noticias o provocadores de información, así como por razones publicitarias o políticas, en un ámbito de periódicos vacíos de noticias, de imagen empobrecida y en circunstancias políticas desfavorables. De esto se desprende un razonamiento que fortalece una idea, el ciclismo no fue primero, primero fue la idea de crear un espectáculo. Fue el periodismo que le dio forma al ciclismo, para valerse de él y lograr sus objetivos. Antonio Alcoba, escribió en uno de sus libros, "En Europa, el diario deportivo francés L´Auto –luego transformado en L´Equipe- y el italiano La Gazzetta dello sport se inventan las vueltas ciclistas a Francia e Italia, patrocinadas por ellos y convertidas en un suceso no sólo nacional, sino continental, que hizo elevar las tiradas de ambos rotativos a cifras no imaginadas hasta entonces por la prensa de aquellos años" (Cómo hacer periodismo deportivo. Paraninfo, Madrid, 1993, pág. 64). Está claro, entonces, que ciclismo y periodismo conviven desde el origen en una relación de simbiosis y mutua conveniencia. Así que nos es tiempo de buscar quien le aporta más a quien. Si los medios están aquí, es porque les resulta o les puede llegar a resultar un buen negocio. Y si el ciclismo depende de los medios, es porque no se ha procurado reinventar, de tal forma de prescindir de los mismos. Planteado en tanto, el escenario actual, de nada vale insistir en utópicas situaciones, y más oportuno es por tanto, ir por el camino que están marcando los países que en ciclismo marcan el liderazgo.


Interpretar el origen común, de los medios y el deporte moderno, y particularmente el origen del ciclismo tal como lo conocemos hoy, favorece a generar una idea muy clara de que en la actualidad deporte y medios son una unidad indivisible. A la hora de proyectar un cambio fuerte y ambicioso en nuestro deporte, debemos contar en primer lugar con los medios como aliado sustantivo. No podemos trazar un modelo de acción sin considerar a los medios, como parte activa, tanto sea en la instrumentación, la gestión, como de igual forma en los probables éxitos.


He escuchado a gente del ciclismo, lamentarse durante largo tiempo, en referencia a la ausencia de muchos medios que no concurren a cubrir el 90% de las competencias de nuestro país. Se escucha decir; “hay muchos medios que no apoyan, y sólo aparecen un par de veces al año cuando Rutas y Vuelta los convoca dado que les conviene”. Y que piensan, que alguien va a venir si no le conviene?. Vuelvo a insistir, no se trata de dar apoyo, se trata de participar en un negocio dónde todos ganen, si no, no sirve. Que es dar apoyo, que se pretende alcanzar cuando se pide apoyo o colaboración?. Muchos medios no concurren porque ven al ciclismo como una actividad que no convoca. No vende, o mucho peor, no se vende. Hay que reformular el negocio, y por sobre todo hay que reformular el concepto de la relación que concebimos con el entorno. Hay que abandonar, de una buena vez por todas, el concepto de victimas, de recluidos, relegados. Aferrarse de una buena vez a la idea de que somos los dueños de nuestro destino, y participar de este concepto a todos los niveles de la organización que agrupa al ciclismo nacional. Basta de esperar que nos venga todo de arriba, que nos lluevan las soluciones y simplemente reclamar apoyo. Basta de implorar por asistencialismos. Lamento recordar, que el MIDES no contempla en sus planes, brindar asistencialismo a un deporte que insiste en proclamarse en situación marginal.


Siguiendo el ejemplo en un principio citado, tal como lo hizo el Real Madrid, debemos potenciar el ciclismo valiéndonos de las herramientas que nos posibilita el marketing. Del mismo modo que una organización se esfuerza por posicionar una marca. Nuestra marca, se llama ciclismo. Y ese es nuestro valor a cuidar, nuestro objetivo primario. Señores, tenemos que recalentar nuestra materia gris un poco más, exigir nuestras capacidades al límite haciendo gala de los aprendido en este hermoso deporte de esfuerzos. De forma tal de encontrar la manera de generar nuestro valor, y producto de este, nuestro sustento. Si queremos que nos miren, primero necesitamos existir, hay que hacer del ciclismo un deporte bonito, un deporte atractivo. No hay otra. Este es el camino, al menos a esta idea, yo prefiero adherirme.


En estos vientos de cambios que propongo, que implican dar un golpe de timón y encarar un rumbo nuevo, es importante distinguir en qué manos está ese timón. Cierto es, que la situación a la que se enfrentó la actual directiva de la FCU cuando tomó el mando, comprendía un pasivo tal que posicionaba a la misma al borde del abismo. En circunstancias tan extremas, comprendo que es difícil negociar, con quien cuando el ciclismo estaba con el agua al cuello, tan oportunamente te ofrece una salida. Llegados a este punto, hoy estamos hermanados y hasta diría, gestionados, por una empresa que apuesta a consolidarse como omnipresente en toda actividad deportiva y cultural de nuestro país. Debo admitir, que, desde el ángulo que se me permite ver, no encuentro que la FCU tenga la libertad absoluta de reformular su destino. Atrapados por contrato, en las decisiones de una empresa privada, vemos en tanto, que la calidad no es el acento que distingue los proyectos del grupo económico que nos dirige. Es difícil entonces, pelear por sembrar la idea de que somos dueños de nuestro destino, y que el Sr. Federico Moreira es quien representa nuestros consensos. Y hasta qué punto, nuestros consensos hoy son validados en hechos. Como ven, son aspectos muy contradictorios. Al tiempo que entendemos, que la marcha ha de conjugar esfuerzos sincronizados y compartidos entre el ciclismo y los medios, vemos que es poco lo que el organismo en el cual estamos incluidos, previo pago del costo de la licencia, puede en realidad decidir o cargar con la autonomía de direccionar el mencionado timón. Pequeño detalle. Alguien pregunta; “donde está el piloto?”.


En nota anterior, he intentado reafirmar la idea de que el ciclismo es un gran negocio. En esta nota, he intentado reflejar el convencimiento de que el ciclismo y los medios son partes indivisibles. Esta sinergia entre ambas partes, es uno de los pilares fundamentales a la hora de proyectar un avance. Debemos entender cabalmente esta interacción, para poder tomar las mejores decisiones. El ciclismo y los medios deben caminar y avanzar juntos. Aún, a pesar de que ciertos acoplamientos se conciben de forma ortodoxa y muy diversa, conjugando una relación no siempre conveniente o de aires confusos.


Encarar una reingeniería en el ámbito del ciclismo nacional, sigue siendo la asignatura pendiente, o al menos mi constante pregón. Se han hecho muchos avances, en notas anteriores hemos reconocido estos logros de la actual dirigencia de la FCU. Pero me siento en la sana obligación de aportar mi punto de vista, con honestidad intelectual, y con entera convicción. No persigo otro destino, que mantener viva la esperanza de encontrarme en un mañana, con un mejor ciclismo para nuestros hijos. Hoy, que están las cuentas pagas, si bien es mucho, no me permite bajar la guardia ni dormir tranquilo. Los números que nos relacionan con los antiguos acreedores, quizá estén en cero. Los números que nos posicionan en el ámbito internacional, continúan en rojo.

domingo, 2 de agosto de 2009

Colaboración versus negocio.


(Tiempo estimado de lectura: 5´ minutos.)

El Tour de France llegó a Paris, una vez más. La gran cita anual del ciclismo mundial, como todos los años, se roba las miradas de todos durante casi todo el mes de julio. Una suerte de eclipse año a año invade toda discusión que refiera a ciclismo y no da paso a pensar en otra cosa que no sugiera acento francés. Ya en agosto, es tiempo de volver a realidades más domésticas, próximas, y que de alguna forma nos incluyan. El ciclismo uruguayo, que se propone con un comienzo de temporada primaveral, nos invita nuevamente a discutir algunos temas.


Propongo en esta y en sucesivas notas, intentar profundizar en aspectos que a mi juicio pintan una realidad, y otros aspectos, quizá, se atrevan a sugerir un cambio. Advierto y reitero, que las opiniones que aquí expreso, no reflejan la verdad, sino mí forma de ver y concebir el ciclismo. Por lo tanto, he de permanecer como hasta ahora, abierto al diálogo y la respetuosa discusión.


Una nueva publicación del Ranking UCI América se acaba de dar a conocer, son 12 los ciclistas uruguayos que se posicionan entre los 200 primeros de América. Son muchos, son pocos, es suficiente?. Han de haber muchos que dirán que no es suficiente, yo prefiero ver que estos 12 ciclistas hacen que Uruguay como país se ubique en el lugar octavo entre 18 países rankeados. En un ranking encabezado por Colombia, quedan por delante nuestro, naciones notoriamente más potentes. También es verdad, que países como Chile, México o Costa Rica se ubican hoy por detrás nuestro, naciones que a mi criterio planifican de mejor forma sus destinos. También es verdad que 90 de los 332 puntos que posicionan a Uruguay octavo, son aportados por Ramiro Cabrera, nuestro ciclista mejor ubicado en dicho ranking. Justo es decir, que un gran porcentaje de esos puntos, sino todos, fueron conseguidos gracias a que nuestro ciclista compite en un equipo brasileño y mayoritariamente en Brasil. Intento decir, que le debemos parte de nuestros puntos a la estructura del ciclismo brasileño, que en cierta forma ha posibilitado a nuestro ciclista acumular este puntaje. Por lo tanto estos puntos nos caen del cielo. Los restantes 11 ciclistas han sumado puntaje, principalmente en la Vuelta del Uruguay. De no ser por Cabrera y el ciclismo brasileño, estaríamos a los 11 en el ranking, y ahí cambia bastante el asunto. Algunos dirán, que esta sería una ubicación más justa a nuestros esfuerzos como nación, en lo que a ciclismo refiere, claro. Ya que en las escasas incursiones internacionales de nuestra selección, poco o nada es lo que se ha sumado.


Esta es la realidad del ciclismo uruguayo en América, en el mundo ya lo sabemos, no existimos. No voy a mencionar aquí a Fabricio Ferrari ni a los éxitos que él está consiguiendo, para fundamentar que el ciclismo uruguayo en el mundo está sonando. Ferrari en este momento corre en España y en aficionados, quizá en un futuro próximo lo veamos en el circuito profesional y ojalá así sea. No es justo hacer de los esfuerzos netamente personales, como en este caso ha hecho Ferrari viajando con una mano atrás y otra adelante, y transformarlos en éxitos del ciclismo uruguayo como organización. Los éxitos de Ferrari, como de los otros ciclistas uruguayos que andan por el mundo, son éxitos de ellos, o por lo menos de sus respectivos equipos y de la federación que los contiene. Seguir por esta senda sería retroceder en el tiempo, y recordar es oportuno, cuando nuestro medallista olímpico regresó al país. Cuantos desconocidos se colgaron al cuello de Wynants para robar una foto. Y me refiero no sólo al entorno del deporte, sino hasta el entorno político, personajes que nada habían hecho por él con anterioridad y ni siquiera por el ciclismo. Entonces, a ser justos, a no cargarse méritos ajenos. El ciclismo uruguayo en el contexto mundial y por ahora, no existe. Esa es la cruel realidad.


El ciclismo uruguayo tiene en sus manos una oportunidad única. A mí en lo personal ser octavo, onceavo o último me da igual casi como ser segundo. Estar en el ranking UCI América significa más bien poco, pero es verdad que hoy por hoy es al círculo que la UCI nos destina. Porque nosotros queremos, claro. Y este es el punto.


La UCI hoy intenta mantener las riendas del negocio. Y digo bien, el negocio. El ciclismo para la UCI es un negocio y lo es para la mayoría de naciones exitosas, lo he dicho en varias notas, y lo voy a decir hasta el cansancio. Quien no entienda esto queda naturalmente afuera. Sólo para nosotros no es un buen negocio, porque no hemos podido o sabido hacer de él lo que corresponde. Tanto ASO (Tour de France), RCS MediaGroup (Giro de Italia) como ASO/UNIPUBLIC (Vuelta a España) amenazan con polarizar el ciclismo a las tres principales competencias que estas empresas organizan más un puñado de competencias menores, propiedad de estas mismas. La UCI en un intento desesperado de recuperar el control, crea el UCI Pro Tour y los circuitos continentales, y ahí nos toca en suerte el UCI América Tour. El UCI Pro Tour no es más que el intento de generar un circo global, un circo propiedad de UCI, y por consiguiente construir una máquina productora de contenidos para las fauces de ese negocio que se llama cycling.tv y que llega a 250.000 espectadores de 170 países del mundo. Un gran negocio para la UCI, claro.


En que parte entramos nosotros, es la pregunta que deberíamos hacernos. La UCI desde hace unos años viene diciendo que desea potenciar el ciclismo en los cinco continentes, y que no sólo se reduzca a tener su epicentro en Europa. Algunos han sabido leer entre líneas lo que este mensaje propone. Hay un esfuerzo notorio de la UCI, por ampliar los niveles globales de audiencia. La torta europea ya tiene nombre, la UCI ahí muerde poco y más bien nada. Que hace falta para darnos cuenta que el tema en disputa aquí no es el ciclismo sino la capacidad de generar productos televisivos. La UCI, mientras el UCI Pro Tour o los circuitos continentales sigan vigentes, nos necesita. Somos sus socios estratégicos para su negocio. El Tour de San Luis o la Vuelta a Chihuahua lo han entendido así, y están creciendo a pasos agigantados, y junto con ellos crece el ciclismo de sus respectivas naciones. ASO o RCS no van a compartir el negocio que es el Tour o el Giro con UCI, es más le han planteado la guerra al UCI Pro Tour y se lo han sentenciado a muerte.


La FCU cuenta con flamantes autoridades, una vez más Federico Moreira preside la misma. No sé a ustedes, pero al menos a mí esta gente que está al frente de la federación me vende honestidad, y para mí ya es bastante. Pero no lo es todo. El ciclismo moderno exige gente innovadora, audaz, actualizada. Exige un proyecto que sea capaz de hacer mucho con poco, al menos para arrancar. Pero hay que ir rápidamente tras lo mucho, con poco no se llega lejos. Un proyecto revolucionario e integrador capaz de plantar bandera ya no en el ranking americano, sino plantar bandera en los principales escenarios del mundo. "Colombia es Pasión" es un ejemplo de lo que digo, se proponen regresar al tour en unos años para conquistarlo. Pero para ello se impone una verdadera Reforma Vareliana dentro del ciclismo. Un proyecto fuerte, en serio, que involucre los medios, las instituciones y los ciclistas. Del gobierno que en su momento esté de turno, no espero mucho, si quieren y lo entienden como una excelente oportunidad que se acerquen, sino será hora de caminar solos. Basta de pedir colaboración. Cuando alguien pide colaboración la gente lo relaciona a dádiva, a limosna. Colaboración es una palabra que debería ser desterrada del ciclismo, al menos de la boca del presidente de nuestra federación, ya que es una palabra recurrente en él, y en cada oportunidad que comparece ante los medios. Y esto lo digo con mucho respeto, dado el concepto que guardo por Moreira, pero que bien sepa, que sus palabras nos representa a todos nosotros los ciclistas. Hace un buen rato que la UCI viene sutilmente diciendo que esto es un negocio, y nosotros mientras tanto empeñados en contar moneditas y repartir miserias. Por la tanto la frase debe ser, el ciclismo es un negocio, y si tu quieres te participo. Señores, por favor véanlo. Es un gran negocio, que de una buena vez hay que tomar la decisión de armar.


En notas posteriores iremos analizando cada una de las patas que han de sostener un proyecto de esta naturaleza, y como humilde aporte, los trazos de un supuesto camino a seguir.


Las palabras estarán aquí. Como siempre, los invito a leerlas, discutirlas, descartarlas o tomarlas. Desde ya aclaro. Mis ideas no son mías, son de todo aquel que les encuentre sentido y se identifique con ellas. Por lo tanto me sentiré honrado por todo aquel que quiera hacerlas suyas y vivirlas como propias.